AMPLIACIÓN DEL TEMA: LA UNIFICACIÓN ITALIANA.
Para que el proceso unificador se iniciara fue necesario un estado dispuesto a anexionarse a sus vecinos, que supiera aprovecharse de los problemas internacionales de Austria y atraerse el apoyo de una gran potencia.
El estado dispuesto a la unificación fue Piamonte-Cerdeña y el artífice de ella su primer ministro Cavour. Éste maniobró en varios frentes: en el interior supo aglutinar a las opciones de Mazzini (república), Balbo (monarquía) y Gioberti (monarquía en torno al papado). En el exterior firmó una alianza con Francia, contando con que Napoleón III deseaba hacer una política de prestigio en Europa que terminara con la regulación territorial de 1815, defendida por Austria y sustituir la influencia austriaca en Italia por la francesa.
En Plombières (julio de 1858), Napoleón III y Cavour llegaron al acuerdo de que la dirección de la unificación la llevaría la casa Saboya (Víctor Manuel II de Saboya era el rey de Piamonte-Cerdeña), aceptando declarar la guerra a Austria y entregar a Francia, Saboya y Niza a cambio de su apoyo contra Austria.
En abril de 1858 Piamonte comenzó a armar a los lombardos y Austria le declaró la guerra. Francia participó apoyando a Piamonte en la batallas de Maguncia y Solferino, venciendo a Austria.
En enero de 1860 se unieron pacíficamente a Piamonte los ducados de Parma, Módena y Luca y la Toscana, obteniendo como compensación de guerra Lombardía. A lo largo de 1860 se celebraron consultas sobre el tipo de unificación en los territorios ya controlados por Piamonte- Cerdeña, decidiéndose que la unificación se haría en torno a la monarquía de Víctor Manuel II.
Loa diputados de todas esas regiones se reunieron en Cortes en Turín en febrero de 1861 constituyendo el Reino de Italia, pero aún quedaba por incorporar el Reino de la Dos Sicilias donde había surgido un movimiento revolucionario dirigido por Garibaldi, Venecia y Roma.
Víctor Manuel II supo cómo seguir ampliado la nueva nación: consiguió atraerse para su causa a Garibaldi, quien en el Reino de las Dos Sicilias apoyaba el levantamiento generalizado contra las dinastías locales, en 1866 junto a Prusia y contra Austria consiguió la entrega de Venecia y en 1870, al estallar la guerra francoprusiana, los franceses retiraron sus ejércitos de Roma y el ejército italiano la ocupó.
La nueva nación se encontraba con un difícil papel, la existencia de un norte desarrollado y un sur subdesarrollado.
AMPLIACIÓN DEL TEMA: LA UNIFICACIÓN ALEMANA
La fragmentación hacía impotentes a los estados alemanes frente a sus vecinos. En la asamblea de Frankfurt de 1848 el planteamiento de una nueva organización política fue un fracaso total, asumiendo Prusia y Austria la dirección conjunta de los asuntos de los estados alemanes, pero la pugna entre los dos estados por la dirección de una posible unificación ya había comenzado.
Pronto apareció la ocasión de ponerlo de manifiesto. Se volvió a plantear la cuestión de los ducados de Schleswig y Holstein, Dinamarca quería incorporarlos definitivamente a su corona. La defensa de estos ducados, frente a Dinamarca, fue asumida por Prusia (Schleswig) y Austria (Holstein). Pronto surgieron disputas entre las fuerzas de ocupación por los derechos de paso y el mantenimiento del orden público. Aunque simulando querer resolver las disputas, Prusia provocaba los enfrentamientos buscando el descrédito de Austria.
Austria terminó por presentar formalmente el problema en la Dieta Federal, ya que una de sus funciones era impedir un enfrentamiento armado entre sus miembros. Bismarck declaró que la Dieta no tenía autoridad, acusó de agresión a Austria y ordenó al ejército prusiano que invadiera Holstein. En enero de 1866 Prusia estaba en guerra con Austria y con la mayor parte de los estados alemanes.
La espectacular preparación del ejército prusiano le llevó a la victoria de Sadowa sobre Austria y a la derrota de los demás estados alemanes.
La guerra austroprusiana o de las Siete Semanas o de Los Ducados, fue muy breve, Bismarck se apresuró a hacer la paz antes de que el resto de las potencias se dieran cuenta de lo que había sucedido. Prusia se anexionó, además de Schleswig y Holstein, el reino de Hannover, los ducados de Nassau y Hesse-Cassel y la ciudad libre de Frankfurt.
La Confederación de Estados Germánicos desapareció, en su lugar Bismarck organizó en 1867 una Confederación Alemana del Norte (22 estados) bajo la forma de una monarquía parlamentaria y democrática. Los estados alemanes del sur quedaron sin ningún tipo de unión entre ellos, gravitando en el vacío, estaba claro que antes o después tenían que unirse a Prusia o a Austria. Mientras Italia se anexionaba Venecia.
La situación interior de Napoleón III era muy difícil, había muchas críticas a su política exterior, pues había permitido que se fuera extendiendo Italia como una gran potencia. En toda Europa se sentía que el enfrentamiento entre Francia y Prusia era inevitable; Francia necesitaba una victoria de prestigio y Bismarck una crisis que hiciera caer a los estados alemanes del sur bajo su órbita.
El motivo del enfrentamiento se dio con la invitación que Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen recibió para convertirse en rey de España. Las potencias europeas habían acordado que ningún príncipe inglés, francés, austriaco o prusiano se convertirá en rey de España para no romper el orden de fuerzas en Europa.
Leopoldo había rechazado por tres veces el ofrecimiento, pero Bismarck que pensó que podía ser un hecho utilizable contra Francia, convenció a los embajadores españoles que hicieran de nuevo el ofrecimiento a Leopoldo, y este aceptó. En julio de 1869 se supo en París que Leopoldo había aceptado, el embajador de Francia en Prusia se reunió con el rey prusiano en el balneario de Ems, donde exigió formalmente que le aceptación de Leopoldo fuese retirada. Fue retirada varios días después, pero el gobierno francés fue más allá, exigiendo a Prusia que en el futuro ningún Hohenzollern fuere rey de España.
El káiser prusiano se negó a este compromiso y telegrafió a Bismarck que estaba en Berlín, mandándole un informe completo del hecho.
Bismarck manipuló el telegrama haciendo creer a los franceses y a los prusianos que sus respectivos reyes habían sido desairados. La guerra comenzó y fue corta. Prusia fue apoyada por los estados alemanes del sur, Francia no contó con los ingleses como aliados, ya que consideraron que Francia se había equivocado al ir a la guerra y los italianos se apoderaron de Roma al tener que salir de allí los ejércitos franceses.
Después de la victoria de Sedán y sitiando París, los alemanes se reunieron en Versalles y en el Salón de los Espejos, Bismarck proclamó el Imperio Alemán el 8 de enero de 1871.
Bismarck exigió a Francia como pago de indemnización de guerra cinco millones de francos y las regiones de Alsacia y Lorena. El Imperio Alemán nacía siendo el estado más fuerte de Europa.
jueves, 12 de febrero de 2009
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